
El que un meteoro eléctrico como puede ser un rayo impacte en un avión no es un suceso excepcional, ya que según los cálculos los aviones son víctimas de algún rayo por cada 1.000 horas de vuelo como promedio.
Todos los aviones están preparados para que en caso de recibir rayos, éstos afecten únicamente en la superficie del mismo, es decir, la parte externa, donde el rayo se desplaza hacia la cola (la parte mas baja) por donde se descarga.
Cuando un meteoro eléctrico, como el del impacto de un rayo, le afecta a un avión, dado que su estructura se asemeja a la de una carcasa metálica "hueca", todo el interior de la carcasa metálica con el contenido, como el combustible, se mantiene intacto, no se altera ni siquiera la temperatura dentro del avión.
En los aviones se produce un efecto parecido como el que ocurren en una Jaula de Faraday; un efecto descubierto por el físico británico Michael Faraday en el siglo XIX.
El efecto jaula de Faraday provoca que el campo electromagnético en el interior de un conductor en equilibrio sea nulo. El mismo efecto se produce en el centro de un imán hueco, se produce un equilibrio magnético, que anula el efecto de los campos magnéticos externos.
Cuando un avión recibe un rayo, las cargas eléctricas siguen por el fuselaje del avión, que está reforzado por una red de cables que finalizan en los descargadores de electricidad en la cola. Esto permite al pasaje del avión salir ileso de los efectos magnéticos de una descarga que puede alcanzar los 300.000 voltios. Es cierto que puede causar daños en la estructura, alterar o inhabilitar algunos de los instrumentos; pero no hace que se estrelle únicamente por el impacto del relámpago.
Un radar para detectar tormentas.
El rayo puede dañar el radar metereológico y dejarlo inoperativo. Las aeronaves están preparadas para soportar este tipo de inclemencias meteorológicas. Los rayos suelen impactar en el morro del aparato, que es donde se encuentra la antena del radar meteorológico que indica al avión la presencia de tormentas.
Al no estar conectado el aparato con la tierra, el rayo pasa por la parte metálica de la aeronave y sale por la cola. En concreto, sale por los descargadores de electricidad estática que están situados en esta parte del avión. Cuando se produce el impacto, las personas que se encuentran en el interior tan sólo advierten un resplandor y un chasquido inmediato.
Otra cuestión diferente es si un rayo puede provocar un accidente de avión, en cuyo caso la respuesta es afirmativa. El rayo, al impactar en el radar meteorológico, puede dejarlo inoperativo, lo que implica que el piloto tenga que ir a ciegas en medio de turbulencias. Al ir sin el radar, el avión puede entrar en una tormenta de granizo, que puede meterse en los motores y apagarlos o destrozar por completo la estructura externa. Cada motor lleva un generador eléctrico, que, inmediatamente, deja también de funcionar.
Avión a oscuras. El temido Black-Out
Cuando el generador eléctrico deja de funcionar, en ese momento es cuando el avión queda a oscuras ( todo negro )hasta que se alimenta de las baterías que lleva a bordo. La aeronave cuenta con un tercer generador, adicional, situado en la cola, que en ruta suele ir apagado. El piloto puede tardar en ponerlo en funcionamiento. Mientras, tiene que intentar recuperar el control del avión con la instrumentación básica analógica.
zona de covergencia intertropical, ZCIT, donde confluyen las masas de aire de los dos hemisferios. Los vientos pueden llegar a alcanzar los 200 kilómetros por hora y pueden ir acompañados de tormentas con rayos y granizo e incluso de mini-ciclones.Una zona especialmente sensible que hacen extremar la precaución ya que las nubes que las originan, los cumulonimbus, pueden llegar a tener altitudes estratosféricas, que es por donde solemos volar.
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